martes, 30 de agosto de 2011

Como agua para chocolate, una fusión de comida y amor

En mis ratos libres, que son muchos, me encanta leer. Esta vez opté por una novela romántica y muy particular porque involucra a la cocina en toda la historia. Cada capitulo inicia con una receta y cada ingrediente da vida al relato. 
Aunque no me gusta la culinaria, quedé encantada con la forma de relatar de Laura Esquivel en Como agua para chocolate. Una historia mágica, tierna y costumbrista. Así si me dan ganas de cocinar, sobre todo cuando describe como prepara un chocolate y una rosca de reyes por ejemplo, una torreja de natas, una torta de navidad y muchas recetas mexicanas donde no puede faltar el chile, los frijoles y el mole..., todo con la excusa de contar una fusión literaria de amores y de odios.
La trama gira en torno a Tita, una joven amante de la cocina. Su vida se desarrolló en medio de ollas, postres, cebollas y su amor por Pedro. Sin embargo, el imaginario de la época y en especial su tradición familiar le impedían casarse por ser la menor de su familia, pues se supone que ella debe cuidar a su madre hasta el día que muera.
La novela tuvo momentos memorables. Uno de ellos fue la magia de la comida de Tita, quien cuando cocinaba expresaba diversas emociones y el sabor de sus alimentos era asimilado de forma sobrenatural por sus comensales.
También me gustaron los encuentros, inocentes, pacientes y en algunos casos eróticos entre Pedro y Tita. Un amor que a pesar de la adversidad se mantuvo a lo largo de sus vidas. 
Pero la escena que más me agradó fue cuando, alejada de Pedro, su gran amor, entendió que su vida no era nada sin él, pues encendía todos los cerillos de su interior. 
"Si por una emoción muy fuerte se llegan a encender todos los cerillos que llevamos en nuestro interior de un solo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que ilumina más allá de lo que podemos ver normalmente, y entonces ante nuestros ojos aparece un túnel esplendoroso y que muestra el camino que olvidamos al momento de nacer y que nos llama a reencontrar nuestro perdido origen divino. El alma desea reintegrarse al lugar de donde proviene, dejando al cuerpo inerte..."
Como agua para chocolate, una novela diferente, creativa, fantástica y que muestra en todo su esplendor la culinaria mexicana.